Remedy Entertainment regresa a su famosa franquicia después de más de una década, esta vez con una experiencia de survival horror que combina lo extraño y aterrador en igual medida. La historia explora el miedo desde una perspectiva casi simétrica: gemelos malignos, almas compartidas en un solo cuerpo, luces y sombras creando tinieblas, y el otro lado de la realidad. Remedy ha logrado crear uno de sus mejores juegos hasta la fecha, una obra maestra en el ya increíble catálogo de lanzamientos de este año, y sin duda, mi juego del año. Alan Wake 2, su primer survival horror en tercera persona, representa la culminación de ideas y mecánicas que el estudio ha explorado desde los tiempos de Max Payne.
La primera entrega, lanzada en 2010 para Xbox 360, presentaba al escritor Alan Wake, quien era arrastrado a un oscuro misterio en el inquietante pueblo de Bright Falls. Allí, tras perder a su esposa debido a una Presencia Oscura, Alan luchaba por rescatarla, entregándose a este oscuro ente y quedando atrapado en un lugar tenebroso, "el Lugar Oscuro". En Alan Wake 2, Remedy incorpora a una segunda protagonista, Saga Anderson, una agente del FBI y el primer personaje afroamericano de la desarrolladora. Saga llega a Bright Falls junto a su compañero Alex Casey para investigar una serie de asesinatos rituales que parecen estar conectados con la desaparición de Alan Wake. Sin embargo, ambos pronto se ven envueltos en eventos sobrenaturales.
Los jugadores podrán alternar entre Saga y Alan. Mientras Saga lucha en el mundo real de Bright Falls contra cultistas y otras entidades poseídas, Alan debe enfrentarse a un Nueva York de pesadilla, rodeado de figuras sombrías. Saga se apoya en pocas armas y munición limitada, teniendo que usar su linterna para debilitar una especie de escudo oscuro que rodea a sus enemigos antes de dispararles. La jugabilidad se vuelve cada vez más desafiante al enfrentarse a múltiples enemigos simultáneamente.
El sistema de combate en Alan Wake 2 es fluido y realista, con una mecánica de esquiva que a veces resulta frustrante, ya que no cuenta con indicadores en pantalla para anticipar ataques enemigos. Esto crea una atmósfera tensa y de vulnerabilidad constante.
Por su parte, Alan, atrapado en una Nueva York deformada, utiliza sus poderes de escritura para reescribir escenas y alterar la realidad, un elemento que aporta al juego una mecánica interesante y permite al jugador explorar y cambiar el entorno. Saga también cuenta con su "Lugar de la Mente", una especie de sala de deducciones donde organiza pistas y sospechosos, aunque la participación del jugador en estas deducciones es limitada.
Como en títulos anteriores de Remedy, Alan Wake 2 combina escenas de acción en vivo con gráficos sobresalientes, tanto que, a veces, es difícil distinguir entre ambas. El diseño, las luces y la dirección artística están meticulosamente logrados, sumergiéndonos en un Nueva York de pesadilla o en el ambiente sombrío de Bright Falls. La dirección y las actuaciones de los personajes son otro punto fuerte: Alan, representado visualmente por Ilkka Villi y con la voz de Matthew Porretta, y Saga, interpretada por Melanie Liburd, quien encarna a una agente valiente y determinada.
Pese a algunos errores técnicos durante el período de prueba, Remedy asegura que serán corregidos en la actualización de lanzamiento. El juego funciona fluidamente tanto en modos de rendimiento como de calidad en PS5, con una excelente integración de la tecnología DualSense que intensifica la experiencia de juego.
En Alan Wake 2, el jugador experimenta una constante sensación de incertidumbre y vulnerabilidad. La imprevisibilidad y la variedad de escenarios nos obligan a mantenernos siempre alerta, incapaces de sentirnos cómodos o seguros.